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SALUD

18 de enero de 2014

Santa Fe es la provincia que más alacranes envía para antídotos

Desde el Malbrán visitaron la provincia y capacitaron sobre animales venenosos. “Estos arácnidos que hay en su región son muy ponzoñosos y nos sirven para hacer los mejores sueros”, dijeron.

Los técnicos Daniel Hermann y Maximiliano Lértora, que se desempeñan en el Área de Animales Venenosos- Serpentario, del Instituto Malbrán de Buenos Aires,  brindaron una capacitación sobre Animales Ponzoñosos, que contó con la presencia de la doctora Andrea Uboldi, directora provincial de Promoción y Prevención en Salud, de Mariana Maglianese del Programa de Zoonosis y Vectores, entre otras autoridades y trabajadores de la Salud.

 

visitaron las localidades de San Jorge y María Juana, adonde fueron a hacer un estudio de campo y capturar alacranes–, dialogaron con Diario UNO de Santa Fe.
Incialmente, Hermann explicó: “Las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza son muy importantes para nosotros para la obtención de los venenos con los que luego hacemos sueros antiescorpiónicos para todo el país”.

 

—¿Y qué tienen de particular los de Santa Fe?

—Aquí estamos trabajando desde hace tiempo con Mariana Maglianese y con la doctora Andrea Uboldi. Esta es la provincia adonde mayor cantidad de ejemplares podemos conseguir. También observamos que en su provincia los alacranes son más ponzoñosos, por lo cual podemos hacer más y mejores antisueros.

 

Consultado Hermann sobre si existe en el país o en la región centro norte una mayor proliferación de estos arácnidos, consideró: “No está claro. Habría que hacer un estudio exhaustivo, aunque hay algunas hipótesis que así lo indican. Se estarían dando las condiciones en los medios de comunicación y redes sociales para que nos enteremos mucho más rápido de cosas que antes quizás ya existían. Entonces la sensación es que cada vez hay más alacranes. Seguramente, dentro de poco van a escuchar que en Capital Federal hay una «invasión» de estos animales”.

 

Y distinguió: “la particularidad de los que habitan en Capital Federal es que todas son hembras, son partenogenéticas (no necesitan un macho para tener crías) por lo que nacen y nacen todo el tiempo, aunque no causan accidentes graves, como sucede en otras provincias en donde hubo varios fallecimientos”.

 

-¿Y eso por qué sucedería?

- Si bien es la misma especie de alacranes (Tityus trivittatus), una de las hipótesis es que al haber intercambio sexual entre machos y hembras, el veneno tenga otra potencia o letalidad, como sucede en Santa Fe. En cambio en Buenos Aires al ser partenogenéticas, las crías son idénticas a la madre y al igual que su veneno. Otros hablan de la alimentación como una posible causa. Otros dicen que en la medida en que se va más al trópico, más al norte, el veneno es más potente. Sin embargo, en Costa Rica hay un Tityus, que sin embargo no es peligroso para el humano.

 

Necesaria colaboración

Por su parte, Andrea Uboldi explicó la dinámica de trabajo entre la provincia y Nación. “Lo que procuramos en Santa Fe es hacernos del insumo básico que es el alacrán. Esto se logra con el alacranario que tenemos en el programa de Zoonosis y Vectores, iniciado con el que tenía el doctor Beltramino en el Alassia, que desarrolló un trabajo por demás de respetable en materia de alacranismo”.

 

“De modo tal -agregó la directora provincial- que desde hace tiempo comenzamos a tener un grupo de alacranes que, cuando crecen, los enviamos a Nación para que los utilicen como materia prima para que a partir de allí produzcan los antisueros”.

 

“Además -continuó Uboldi- instamos a trabajar en conjunto con Nación, porque años atrás la disposición de los antivenenos estaba centralizada exclusivamente en Santa Fe y Rosario. Desde hace tiempo ya la descentralizamos por un tema de distancia y porque los estamos aplicando dentro de las dos horas del accidente. Si no, habría localidades en donde no llega a tiempo y eso es muy riesgoso. De modo tal que hicimos una capacitación para el uso de los mismos y estamos con un mapa descentralizado y por ello necesitamos más cantidad de sueros”.

 

-Doctora, además del hecho de que la política es descentralizar, ¿qué motivó a tener antídotos disponibles en todo el territorio?

 

-Teniendo en cuenta la gravedad de los últimos casos reportados en niños en la provincia que incluyeron fallecimientos es vital contar con ellos para que se los aplique lo antes posible. Este significativo nivel de gravedad es visible de modo relativamente reciente. En Pediatría en los años 90 esto no se veía. Al punto tal que actualmente las recomendaciones y los protocolos de atención aplicados a niños en la provincia, estamos comenzando a usarlos en caso de que un adulto sea atacado por un alacrán.

 

-¿Y esto por qué ocurre?

-Como ya se mencionó, son muchas las hipótesis. Yo especulo que, dados algunos cambios en el clima, las especies se adaptan a esas nuevas condiciones, del mismo modo en que tendremos que hacerlo los humanos.

 

Un ida y vuelta

Por su parte, Maximiliano Lértora, retomando la explicación sobre el trabajo que se realiza, enfatizó: “Nosotros no alentamos a que la gente salga a cazar alacranes. Los que generalmente llegan son los que una madre o un padre encontró en su casa. Lo llevan al hospital para que lo identifiquen y, ya que está, nos vienen muy bien a nosotros porque nos los remiten. Luego, el Ministerio de Salud de la Nación provee a las provincias con sueros que nosotros producimos y estas los envían a todos los centros antiponzoñosos ubicados en sus territorios. Cuando hay un accidente se llena una ficha epidemiológica, que posteriormente se remite a Nación y luego se les repone el antídoto usado para que no se queden sin stock”.

 

-De un ejemplar, ¿cuánto veneno se saca?

- Es relativo. Lo que hacemos últimamente es sacrificar al animal y sacarle el telsón, el último segmento de la cola que es donde está la glándula con el veneno. Se valora la cantidad de miligramos que tiene de la sustancia. Por ejemplo, para hacer un hacer un lote, se necesitan entre 600 y 800 escorpiones. Con ese veneno, se van dando pequeñas dosis a equinos para hacer el antisuero. Los caballos generan anticuerpos y los vuelve inmunes. Luego se le extrae sangre a estos animales y separamos los anticuerpos para hacer los antídotos para humanos. Lo que estamos haciendo ahora es tratar de ordeñar alacranes con capilares y choques eléctricos para que sigan vivos y extraerles así la mayor cantidad de veneno. Además, nos permite reproducirlos. De hecho ahora también tenemos crías en el Instituto. Entonces cuando están grandecitos, les dejamos de dar de comer un tiempo antes para que el veneno se concentre, sea más potente y puro. No es lo mismo hacer el suero con el machacado de telsones que con el veneno puro.

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