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PROVINCIALES

27 de marzo de 2012

En sólo 15 años, Santa Fe perdió el 80% del cordón frutihortícola

A fines de los 90 se cultivaban 3.600 hectáreas en el norte de la ciudad. Hoy apenas se superan las 700. Los quinteros hablan de cambios culturales en el consumo y de falta de leyes laborales acordes.

 

El norte de la ciudad de Santa Fe, Montevera y Recreo fueron zonas tradicionales de la producción de alimentos que terminaban en la mesa de los santafesinos. Sin ser su momento de esplendor, el cordón frutihortícola llegó a trabajar, a fines de los 90, una superficie de 3.600 hectáreas. En 15 años la realidad cambió absolutamente y, hoy, las quintas apenas cubren poco más de 700 hectáreas. En definitiva se perdió más del 80 por ciento del área destinada a la producción de frutas y verduras que eran consumidas en la ciudad y la región.

 

Guillermo Beckmann, presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe, le dijo a Diario UNO que a pesar de esos números producir verdura sigue siendo negocio. “Pero tenemos muchos problemas en contra. Por ejemplo, en el tema laboral. En 2005 tuvimos muchas inspecciones del sindicato Uatre. Fueron tantas las inspecciones que las quintas grandes buscaron empezar con otra actividad. Mientras que los pequeños y medianos productores se desprendieron de personal”.

 

En ese sentido, el productor añadió: “Por cada persona que no estaba blanqueada, el gremio te cobraba 5.000 pesos. Para cosechar hojas de lechuga en una mañana se pueden necesitar durante cuatro horas 10 personas. Eso equivale a 50 mil pesos de multa. En ese momento todo el mundo se asustó y lo que consiguieron fue que se reduzcan las quintas, que se reduzca la siembra y cuando escasea un poco ya nos quedamos sin producción. Fue todo el efecto contrario”.

 

Beckmann asegura que hoy esas tierras están en poder de los quinteros, pero se hace alfalfa o soja. “Es posible recuperar las hectáreas de siembra. Necesitaríamos más demanda y que nos den más facilidades para trabajar, porque hoy los quinteros tienen miedo de producir más y ocupar más mano de obra porque le tienen miedo a las multas que son como un cuco. Todo lo que hiciste durante una vida lo perdés en una hora con una inspección. Porque las inspecciones no son para corregir lo que está mal, sino para juntar dinero. El sindicato en una tarde de 2005 levantó 350 mil pesos en multa y de eso los trabajadores no vieron nada. Fue todo a las arcas del sindicato en Buenos Aires. Estoy de acuerdo con los controles, pero trabajemos todos juntos”, expresó.

 

Mientras que al ser consultado sobre cuál es la solución dijo: “Eso lo sabe el Ministerio de la Producción y los ministerios de Trabajo de la provincia y de Nación. Esto lo estamos tratando a través de Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) porque es un tema difícil donde hay que juntar a todas las partes y que los senadores se pongan de acuerdo y dicten leyes acordes a la situación”.

 

Luego el presidente de la Sociedad de Quinteros aclaró: “No nos negamos a pagar los aportes, pero deberían hacerse por día. Si a una persona la utilizás para cortar lechuga una mañana y la tenés que blanquear y después hay que darla de baja, tenemos que andar con un contador a cuestas. Por eso el miércoles (por mañana) vamos a ir con el Ministerio de la Producción a ver una bolsa de trabajo que está cerca de San Pedro para ver si es aplicable a nuestra zona y poder blanquear a los trabajadores”.

 

“Incluso en el caso de la frutilla, que es más rentable que las hortalizas, los trabajadores no quieren blanquearse por temor a perder las ayudas sociales que tienen. Pero, además, si los blanquean y al otro día otro productor les ofrece unos centavos más se van a otro campo. Es un problema difícil de encuadrar en las economías regionales. Falta cultura de parte de ambos lados”, señaló.

 

—¿La reducción de la superficie del cordón frutihortícola repercute en el consumo de los santafesinos?

 

—Acá disminuyó mucho el consumo. Una quinta mediana de Guadalupe producía 60 docenas de paquetes de acelga. Con eso se iba al mercado y se podía vivir. Hoy si lleva 10 docenas no las puede vender. Eso quiere decir que cayó el consumo. Por momentos la verdura no tiene precio porque el cordón se quedó sin y hay que traer de otra zona de la producción. Pero si esto mejora un poquito, con las hectáreas que tenemos es suficiente. La gente no lava más un paquete de acelga, cambiaron las costumbres. El ama de casa, antes, no trabajaba y hoy lo está haciendo a la par del hombre y necesita comidas más rápidas y prácticas. Es más fácil un bife con arroz que cocinar un puchero. Por ahí con la promoción se pueden cambiar algunas costumbres. Queremos que los chicos vuelvan a consumir frutas. Se comen un yogur con sabor a frutilla porque ellos tienen más posibilidades de hacer propagandas que nosotros, pero no es como comerse una frutilla.

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