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INTERNACIONALES

16 de abril de 2012

Intriga, corrupción y muerte en la cúspide del poder en China

Un británico muerto, una esposa sospechosa de homicidio, un millonario desaparecido y un político caído en desgracia: son elementos de una trama que inquieta al Gobierno

 

El descenso al infierno de Bo Xilai fue tan acelerado como altas eran sus expectativas de ascenso a las más altas esferas del poder en China. 

 

Alcanzado por sospechas de corrupción y hasta de crimen, este líder carismático y muy popular, alcalde de Chongqing y aspirante a la primera línea del Gobierno, fue excluido de los órganos de conducción del Partido Comunista chino (PCC) el 15 de marzo pasado. Hasta esa fecha era miembro tanto del Comité Central como del Politburó del partido único. El primer órgano tiene 200 miembros, pero de todos ellos sólo 25 integran el Politburó. Bo era uno de ellos. El comité permanente de este último está formado por9 integrantes del Politburó. Bo Xilai era candidato a ser uno de los miembros de estainstancia suprema del poder.

 

La corrupción -aunque no puede descartarse la incidencia de motivos políticos en un contexto de luchas internas en el Partido- y sospechas de crímenes mayores coexisten detrás de la caída de uno de los políticos con mejor imagen en China, una figura expectable que hasta ahora sólo concitaba elogios.

 

Según el Diario del Pueblo, órgano oficial del PCC, el comportamiento de Bo Xilai, "constituye una violación grave de las reglas de disciplina del Partido" que "ha empañado la imagen del partido y del país". "Ningún ciudadano es privilegiado frente a la ley", sentenció el periódico.

 

Pero la verdadera bomba llegó varios días después con la detención de la esposa de Bo, Gu Kailai, por el asesinato de un ciudadano británico, Neil Heywood (fotos relacionadas). La mujer fue detenida junto con Zhang Wiaojun, un guardia que trabajaba en la casa de los Bo.

 

Hija de un general de la Revolución, Gu Jingsheng, la segunda esposa de Bo Xilai no encaja en el modelo habitual de las esposas de los dirigentes comunistas chinos:atractiva y brillante, hacía gala de tanto talento y ambición como su marido. Se había convertido en abogada en la prestigiosa Universidad de Pekín, y tenía su propio estudio. Hace 15 años, le tocó litigar en el primer caso importante que implicaba a una empresa china en los Estados Unidos. A partir de esto, escribió un libro muy exitoso en el cual transmitía sus experiencias sobre el sistema judicial norteamericano y que le valió un enorme prestigio.

 

Acorde con la política china de un solo hijo, la pareja tiene un único vástago, Bo Guagua, estudiante en Oxford y en Harvard. La señora Bo dejó su trabajo como abogada y resignó así su carrera para respaldar la de su marido cuando éste fue designado jefe del Partido en Chongking. En su entorno, algunos dicen que este renunciamiento fue negativo para su ambiciosa personalidad y que marcó su carácter con los rasgos de la amargura y la paranoia.

 

Lo cierto es que quien era llamada la "Kennedy" china, es vista hoy como una "Lady Macbeth", una mujer cuya ambición sin límites morales lleva a la ruina al esposo.

 

El caso que hoy tiene a Bo y su esposa en el centro del huracán estalló cuando un hombre que se desempeñaba como mano derecha del político depuesto desertó y buscó asilo en un consulado estadounidense, el 6 de febrero pasado. Wang Xilunghabía sido un hombre clave en la lucha conra las mafias en la región gobernada por Bo. Pero ahora asegura haberse sentido amenazado por éste cuando fue a advertirlo de que una investigación estaba en curso en torno a la muerte del empresario británico. Por haber sido portador de estas malas noticias a Bo, el "superpolicía" se sintió amenazado por su jefe y optó por la huida. Con venta de secretos incluida, puesto que fue él quien reveló que Heywood había sido envenenado.

 

Las especulaciones sobre los motivos de este crimen van de un conflicto de intereses económicos hasta la posible existencia de una relación íntima entre la mujer y el infortunado empresario.

 

En un comienzo se intentó hacer pasar la muerte de Neil Heywood como un accidente provocado por la ingesta excesiva de alcohol. Pero la justicia ha confirmado que se trató de un asesinato, por el cual recaen fuertes sospechas sobre la esposa de Bo, mientras que éste podría ser acusado de encubrimiento.

 

Heywood, de 41 años, fue encontrado muerto en la habitación que ocupaba en un hotel de Chongqing en noviembre pasado. No hubo autopsia y el cuerpo fue rápidamente incinerado. Pero Londres no se conformó con las explicaciones de las autoridades locales y exigió la apertura de una investigación. Neil Heywood trabajaba para Hakluyt & Co., una empresa británica de inteligencia económica que, como es habitual en estas agencias, apelaba a ex agentes secretos para constituir su plantel de colaboradores.

 

Pese a la censura, la noticia corrió veloz por Weigbo, el "twitter chino", y otros sitios de Internet, perturbando el control que habitualmente tienen las autoridades chinas de las informaciones que se comunican al público en general. Un caso que, en otros tiempos, se habría tratado y resuelto en secreto, obligó esta vez a tomar medidas drásticas: la separación de Bo de todos los ámbitos de poder primero y el arresto de su esposa ahora.

 

Otra caída incrementa la intriga en torno a esta pareja ayer promisoria, hoy caída en desgracia. Es la del millonario Xu Ming, un hombre de negocios que se enriqueció al amparo de Bo Xilai, y cuya ausencia en el Foro de Boao, que cada año reúne en la isla de Hainan a lo más granado del mundo político y económico chino, desató todas las especulaciones.

 

Xu es el fundador y gerente del grupo Shide. Su fortuna fue estimada en 700 millones de dólares por la revista Forbes. Lo insólito es que en la empresa dicen no tener noticias de su CEO desde el 14 de marzo pasado, víspera de la separación de Bo Xilai de la jefatura del PCC en Chingking. Esta coincidencia resulta llamativa. Se cree que Xu Ming fue arrestado en el marco de una investigación por parte del organismo anticorrupción del partido. El secreto en estos casos es habitual por lo cual no sorprende tanto que no haya confirmación oficial de su arresto.

 

En sus últimos días como alcalde y alto jerarca político, Bo se había quejado por los rumores sobre el tren de vida dispendioso de su hijo Bo Guagua, a quien la prensa atribuía paseos en Ferrari por las calles de Pekín.

 

Como suele pasar cuando se pierde la protección del poder, uan revelación sigue a la otra en una cadena que parece no tener fin. Ahora le tocó también al turno a los métodos expeditivos y no del todo legales a los que apelaba Bo Xilai en su lucha contra las bandas cirminales, uan campaña durante la cual fueron arrestadas unas 5.000 personas y 13 de ellas ejecutadas. Confesiones bajo tortura, extorsión a empresarios y soborno de rivales políticos son algunos de los señalamientos sobre los métodos de Bo.

 

Se esperan más revelaciones impactantes en los próximos días. La novela Bo Xilai acaba de empezar

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