Pese al cese de los enfrentamientos, que entró en vigor el jueves 12 de abril como estaba previsto en el plan del emisario internacional Kofi Annan, el opositorObservatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, reveló que hubo nuevos asesinatos.

En París, medio centenar de países y organizaciones denunciaron que Rusia mantenía la venta de armas al régimen de Bashar Al Assad.

Cuatro civiles murieron por disparos de las fuerzas gubernamentales en la región deIdleb y en la provincia de Deraa, tres civiles perdieron la vida en bombardeos mientras que decenas resultaron heridos.

En Homs, los barrios de Al Jaldiyé y Bayada eran atacados desde el martes por la mañana, señaló la ONG, que precisa que el 30% de esta ciudad escapaba aún al control del Ejército.

El alto el fuego parecía cada vez más frágil, haciendo dudar a los países occidentales de la voluntad de las autoridades sirias de aplicar el plan de Annan. Por ello, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió que garanticen una total libertad de movimiento a los observadores.

Según los Comités Locales de Coordinación (LCC), que animan las movilizaciones opositoras, "los coches de los observadores llegaron a Deraa acompañados por vehículos del Ejército".

El coronel Ahmed Himmiche, quien dirige la misión, había considerado horas antes que su trabajo será "difícil". "Hay que ir despacio, no es fácil y hay que coordinar el trabajo con todas las partes; en primer lugar, con el gobierno sirio y luego, con todas las partes involucradas", declaró a la prensa.

En una primera fase, la misión contará con 30 observadores y en los próximos días otros miembros se unirán a los ocho que ya llegaron. En total, serán 250 hombres, pero para su despliegue se requerirá una nueva resolución.

Por su parte, el primer ministro de Qatar, Hamad Ben Jasam Al Thani, lamentó la falta de un "cambio crucial" en la actitud de Damasco. Mientras que el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que el cese del fuego es "frágil" y dijo, sin nombrarlos, que "algunos países" desean que el plan de la ONU y la Liga Árabefracase.

En tanto, el vocero adjunto del Departamento de Estado norteamericano, Mark Toner, afirmó que la "erosión del cese de la violencia que se tenía establecido es inaceptable".

"Es frustrante ver un pequeño y frágil paso adelante y después ver cómo se erosiona delante de nuestros ojos", insistió. Aseguró, además, que la "responsabilidad" del conflicto recae sobre el régimen Al Assad puesto que "la oposición siria cumplió hasta ahora su parte del acuerdo".

Toner se mostró en desacuerdo con la afirmación del ministro ruso Lavrov. "No creo que nadie quiera ver cómo la violencia vuelve a Siria. Los países del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo) representaron un fuerte papel de liderazgo en la respuesta a esta crisis", señaló.

Respecto a la misión de la ONU, indicó que es necesario "que estos observadores lleguen al terreno, se establezcan y puedan informar de verdad sobre lo que ven". "Esta semana será crítica para determinar cómo se implementa ese trabajo", agregó.

Desde que comenzó el conflicto en Siria hace trece meses atrás, más de 9.000 personas murieron, 200.000 se vieron desplazadas a otros lugares del interior del país y unas 30.000 se refugiaron en los Estados limítrofes, según datos de la ONU.