Lo integran Javier Bottero (presidente), Fernando Gentile y Aldo Preceruti, siendo secretario Eduardo Bernacchia.
Por la muerte de Demetrio Arellano (87) y su mujer, María Ester Lezcano (70), se juzga a Jonás Oscar Moisés Puntilio (por entonces 18 años de edad) y a César Andrés Zenger (contaba 20 años), quienes cuentan a Magdalena Santa Cruz y a Carlos Martino Navarro como sus defensores, en tanto el ministerio público fiscal está representado por Cristina Fortunato, secundada por Martín Castellano.

ACUSACION
FISCAL
La primera audiencia tuvo una duración de dos horas, y luego de que Bernacchia impusiera a los presentes (público y representantes de la prensa) aspectos inherentes al desarrollo del juicio -con aspectos técnicos al respecto- el presidente del Tribunal solicitó el ingreso de las personas juzgadas.
En primer término lo hizo Zenger, y tras ubicarse (junto al custodio policial) a un lado de su defensor, se produjo similar instancia por parte de Puntilio y su custodio, quienes se ubicaron junto a la defensora general de los Tribunales de esta ciudad.
Seguidamente, Bottero determinó la apertura del debate por el delito de homicidio calificado, y en ese contexto solicitó que Puntilio se ubique frente al Tribunal para imponerlo sobre instancias afines al juicio, y lo mismo aconteció, luego, con Zenger.
* En forma posterior concedió la palabra a la fiscal Fortunato, quien en líneas generales señaló que las evidencias demostrarán que el 24 de enero de 2011 los jóvenes presentes en el recinto "dieron muerte a los abuelos mediante golpes", tras actos "amenazantes". Por otra parte, destacó que se probará que "Puntilio era conocido por las víctimas por haber trabajado para ellos junto a su padre", y tras mencionar más detalles Fortunato mencionó que anterior al hecho de doble muerte el joven fue visto por testigos quienes brindaron una descripción sobre cómo estaba vestido; que luego se cambió la ropa y que se encontró con Zenger; que se ingresó al predio por un pasillo que da al patio y desde allí se tuvo acceso a una galería; que con una barreta fue forzada una puerta; y que junto a la barreta portaron un palo (madera).
* De acuerdo a la fiscal, desde un dormitorio Lezcano preguntó qué pasaba, al escuchar un ruido, a lo que Puntilio respondió "soy yo, abuela, Jorgito", en alusión a un nieto de la mujer. Acto seguido, se produjo el corte del cable telefónico, y el relato de Fiscalía agregó que "se tomaron dos cuchillos" desde un lugar de la casa, y en circunstancias en que Arellano y Lezcano se hallaban acostados se produjeron ambas agresiones, a tiempo de que se consultaba dónde estaba el dinero (que según Puntilio, su padre le había comentado que podría haber una abultada suma).
* En boca de Fortunato se escucharon detalles de situaciones tales como que se produjo un salvaje ataque; que un palo se rompió en cuatro en la cabeza de un abuelo; que la sangre marcó significativa presencia tanto en los cuerpos como en otras dependencias de la casa; que en la búsqueda de dinero se concretó un marcado desorden observándose prendas y otros elementos en el piso; que se produjo la limpieza de cuchillos en sábanas y toallas, para finalmente volver a ser colocados en sus vainas y en el lugar donde estaban inicialmente; y que también se llevó a cabo la limpieza de calzado manchado con sangre.
* En la continuidad de cita de instancias inherentes a la presencia de Puntilio y Zenger en el lugar del hecho, la fiscal memoró que al salir de la casa ambos tomaron por caminos diferentes; Puntilio -caminando- cruzó la plaza y tiró un pañuelo con el que se había cubierto la cara, y se dirigió a su vivienda donde se cambió las prendas que vestía; llamó a un remisero y a partir de allí realizó un periplo que lo llevó a Rafaela, luego a San Francisco, de regreso a Santa Clara de Saguier, y con otro remís volvió a Rafaela; a la hora 22 del 24 de enero de 2011 se alojó en el Residencial Rafaela con el nombre de Jonás Salari (apellido de la madre), mostrando su DNI y citando que residía en Santa Fe; desde alli se dirigió al sector norte de la ciudad donde estuvo con prostitutas; finalmente, en la primera hora del 25 de enero fue detenido en el lugar donde se alojó en nuestro medio.
* Sobre Zenger, Cristina Fortunato señaló que le constaba que había viajado a El Trébol (departamento San Martín), donde se pergeñó una maniobra familiar a fin de "despegarlo" de lo sucedido. 
Como corolario, mencionó que se demostrará que lo que llevó a la muerte a la pareja santaclarina se concretó en mérito a no ser reconocidos, tras haber arribado a la casa para consumar un robo.
En consecuencia, "la Fiscalía los acusa (a Puntilio y Zenger) por doble homicidio conexo con robo", para lo cual solicita la pena de prisión perpetua.

LAS DEFENSAS
En la continuidad de la primera audiencia, Javier Bottero cedió la palabra a ambos defensores. Santa Cruz admitió la coincidencia con Fiscalía en determinadas situaciones, pero marcó la discrepancia con lo que denominó "capacidad de culpa". Además, remarcó que Puntilio "no comprendía lo criminal del acto", habida cuenta de unaincapacidad de comprensión de la realidad. 
A su turno, Martino Navarro luego de manifestar "la condena y repudio" por actos como los que motivaron el juicio, hizo hincapié en que la Justicia a través de la Fiscalía "deberá demostrar, con pruebas acabadas" -y que a su juicio no obran en todo lo colectado- la presencia de su defendido en el lugar del hecho. Fue conciso en apreciaciones al respecto -en una pormenorizada exposición-, y finalizó destacando que "por todo lo manifestado voy a solicitar la absolución".

NEGACION A
DECLARAR
Corría la hora 9:35 cuando el presidente del Tribunal oral solicitó la presencia de Puntilio y Zenger (por separado) ante los jueces que componen el Pluripersonal, y luego de consultar si habían entendido la acusación, y si pensaban prestar declaración, como respuestas Bottero escuchó la comprensión de las acusaciones, pero el deseo de no prestar declaración por parte de ambos.

PEDIDO DE LA
FISCALIA
Ante la negativa mencionada con antelación, Martín Castellano solicitó al Tribunal que se agreguen al debate las declaraciones indagatorias de Puntilio y Zenger, a lo que Martino Navarro expuso su deseo de que no ocurra argumentando que se trata "de un acto de defensa", y posterior a que desde Fiscalía se explicó el porqué del pedido, el Tribunal hizo público la decisión de la incorporación de las indagatoria, y que se dé lectura a las mismas.

DECLARACIONES
Consecuentemente, el secretario Eduardo Bernacchia cumplió con la decisión.
* En mérito a la primera indagatoria a Puntilio, y dos ampliaciones de la misma, en la sala se tomó conocimiento de que el joven se hizo cargo de lo sucedido a través de un espeluznante relato de cómo mató; dijo que su padre "sabía todo"; que "al hecho lo hice solo, y no quise la muerte de los nonos"; que previamente había sido asistido por un psiquiatra que le recetó medicación que abandonó por un tiempo; que alguien lo catalogó como "psicótico"; que dijo que estuvo solo porque Zenger "tiene una beba chiquita"; que acusó a Zenger "porque me «embagayó»; que los dos golpearon a los ancianos y que Zenger "cortó a la abuela para que se desangre"; que el hecho se consumó entre 15 a 20 minutos; que en primera instancia lo "cubrió" a Zenger "como amigo", pero que luego desistió "porque no quiero comerme, solo, un garrón. Yo maté al nono y Zenger a la mujer".
* De acuerdo a la lectura de Bernacchia, Zenger manifestó en la indagatoria "Yo no fui. No tengo nada que ver con el hecho". Dijo que estuvo en El Trébol, y que al enterarse que estaba siendo buscado por la Policía se puso a disposición de la misma en la localidad de María Juana. 
Según Zenger, "me pusieron bolsas en la cabeza" para que declare; que lo colocaron "en el «chanchito» (lugar de pequeñas dimensiones) y el jefe me «verdugueó»", por lo que "tuve que declararme culpable para que dejen de golpearme". Además, declaró que "los policías que me trasladaron desde Rafaela a Santa Clara de Saguier me amenazaron", por lo cual "exijo acciones penales contra esas personas". Sobre cuándo fue la última vez que vio a Puntilio dijo "el viernes", y que "el domingo volví a El Trébol".

PRODUCCION 
DE PRUEBAS
El reloj marcó las 10:20 cuando Javier Bottero hizo conocer que había llegado el momento de "producir pruebas", por lo que desde Fiscalía (a través de Martín Castellano) se requirió la presencia de Gabriel Mauttino (profesional que se dedica a la fotografía y filmaciones), quien se presentó con un material en una de sus manos.
Este fue entregado a Castellano, quien con asistencia de una computadora luego de solicitar si existía alguna objeción para la muestra del contenido, ante la generalizada negativa procedió a la exhibición a través de una pantalla dispuesta en la sala.
Lo visto tanto en fotos como en el material fílmico resultó patético (conmovedor, impresionante), y a la finalización de la proyección se solicitó la incorporación al debate.
Seguidamente, ingresó al recinto Olga Beatriz Dietz (panadera), "hija de María Ester Lezcano e hijastra de Demetrio Arellano", quien ante consulta de Martín Castellano relató detalles de cómo vivían las víctimas; habló de un dinero ahorrado; del carácter de las personas fallecidas; de la tenencia de cuchillos por parte de Arellano "por temor a robos, y para su defensa"; y tras reconocer el material exhibido por haber sido confeccionado a su pedido, ante requisitoria de Martino Navarro respondió en forma afirmativa sobre si la casa estuvo cerrada desde el momento del doble homicidio hasta que se concretó el trabajo de Mauttino.
Tras este trámite el presidente del Tribunal consultó a Fiscalía si se contaba con un nuevo testigo, y ante la negativa puso punto final a la primera audiencia, a la vez que informó que la segunda transcurrirá hoy a partir de la hora 9:00.

Fuente: La Opinión de Rafaela