Con el recuerdo del tsunami y la tragedia de Fukushima aún fresco, un sismo de 7 grados de magnitud en la escala de Richter provocó un nuevo susto ayer en Japón. El terremoto tuvo su epicentro en la zona del archipiélago de las islas Izu (este). Y según reportes difundidos por la emisora NHK no se registraron víctimas ni daños materiales, ni tampoco un alerta de maremoto.

Este fuerte terremoto se registró a gran profundidad y sin dar lugar a un aviso de maremoto, indicó la Agencia Meteorológica Japonesa. El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) señaló que la profundidad fue de 348 km . El temblor se produjo a las 14 horas locales de ayer, precisó esta agencia.

El epicentro fue ubicado cerca de Torishima, una isla situada a unos 560 km al sur de Tokio, en el Océano Pacífico, y a 370 km de profundidad, según la Agencia Meteorológica Japonesa.

El sismo hizo vacilar a los edificios de Tokio -en su mayor parte construidos respetando normas antisísmicas muy estrictas- pero no interrumpió la final de la Copa del Emperador de fútbol en el estadio nacional de la capital. Los trenes y los aviones que debían llegar o partir de la capital no se vieron afectados por el movimiento telúrico. En Disneyland Tokio, algunas atracciones se detuvieron automáticamente, pero las actividades se reanudaron rápidamente, indicó un vocero de este parque.

No se reportaron anormalidades en las plantas de energía, incluyendo la dañada central nuclear de Fukushima, al noreste de Japón que resultó golpeada por los desastres de marzo pasado, reportó el canal NHK.

En un informe preliminar presentado en diciembre sobre lo ocurrido se vierten graves acusaciones contra Tepco, la compañía gestora de Fukushima, y el gobierno japonés por no haber previsto de forma alguna una catástrofe de estas dimensiones.

El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 provocó un gigantesco maremoto en el noreste de Japón. Al llegar a las costas, el tsunami destruyó todo a su paso, causando daños en la central atómica Fukushima Daiichi y provocando el accidente nuclear más grave después del registrado en Chernobyl (Ucrania) en 1986, cuando murieron y desaparecieron unas 20.000 personas.

Japón, que yace a lo largo del llamado Anillo de Fuego en el Pacífico, es uno de los países sísmicamente más activos del mundo.

Ayer, en el momento del terremoto, el emperador Akihito dirigía las celebraciones de Año Nuevo haciendo un llamado a la reconstrucción del país después del sismo y el tsunami de marzo pasado. En su mensaje, el emperador declaró: “Nuestro país atraviesa tiempos difíciles a causa del terremoto. Sin embargo, espero que el corazón de la gente siga estando con quienes han sufrido y que todos continuemos trabajando juntos”.