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15 de abril de 2012

Siete de cada diez argentinos que padecen EPOC no lo saben

Lo afirmaron expertos durante un congreso internacional realizado en Buenos Aires sobre avances en la enfermedad pulmonar que afecta al 10 por ciento de los mayores de 40, en su mayoría fumadores.

La “tos del fumador” es un clásico del manual del diagnosticador compulsivo, sin embargo, los médicos afirman que ese cuadro no existe y advierten que la mayoría de la veces se trata de uno más severo y con consecuencias graves: la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que afecta al 10 por ciento de la población, aunque siete de cada 10 no lo saben, advirtieron expertos de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) durante la 5ª Conferencia internacional sobre avances en EPOC. 

La EPOC es una alteración inflamatoria crónica del aparato respiratorio que padecen principalmente –aunque no exclusivamente- los fumadores (un 85 por ciento de los casos se da en adictos al cigarrillo). Es la cuarta causa de muerte a nivel mundial y preocupa su ascenso: en 2020 se estima que subirá un escalón y se ubicará en el tercero detrás de las cardiopatías isquémicas y los accidentes cerebrovasculares (ACV), desplazando a las infecciones respiratorias de vías bajas. 

Se estima que uno de cada 10 mayores de 40 años sufre la enfermedad en el país, que va ampliando el blanco de potenciales víctimas. Si bien “antes se consideraba una enfermedad de hombres mayores, ahora se sabe que el 65% de los que la padecen tiene menos de 65 años. Además, aunque tradicionalmente afectaba a los varones, hoy se encuentra por igual en ambos sexos”, precisó Guillermo Menga, jefe del Departamento Clínico-Quirúrgico del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer, durante el encuentro realizado en Buenos Aires. 

El “subdiagnóstico” es una de las armas que le permite a la enfermedad expandirse, alertó Federico Colodenco, jefe del Servicio de Alergia en Inmunología del Ferrer y director de la carrera de especialistas en Neumonología de la UBA. “Muchos médicos consideran natural que un fumador tosa o expectore. De allí la popularización de una entidad inexistente llamada ‘tos del fumador’, como algo benigno y sin consecuencias. Pero, en realidad, la tos, la expectoración con o sin disnea (falta de aire) puede ser una oportunidad para diagnosticar precozmente la EPOC”, alertó. ¿Cómo se diagnostica? A través de una espirometría, que es un simple estudio que permite medir la capacidad respiratoria del paciente. 

Los candidatos a someterse a una espirometría son los mayores de 40 años que presenten disnea (dificultad para respirar); tos y expectoración crónica; exposición a factores de riesgo como tabaco, polvos o humos de cocina; o antecedentes de EPOC en la familia. 

Una vez diagnosticado, es importante dar con el tratamiento adecuado, subrayaron los especialistas. “El paciente no tratado integralmente va a estar más sintomático, va a deteriorar su calidad de vida, puede tener mayor riesgo de exacerbaciones y de internaciones, y la mortalidad va a ser más elevada”, advirtió Eduardo Giugno, también director de la carrera de Neumonología de la UBA. 

Entre los medicamentos indicados para el tratamiento de la enfermedad, los más utilizados son los broncodilatadores, que atacan a uno de los mecanismos centrales de la enfermedad, la hiperinsuflación (inflación excesiva de los pulmones), “que hace que el acto de respirar sea mecánicamente más dificultoso”, apuntó Colodenco. 

La inflamación de los bronquios y del tejido pulmonar es otro de los protagonistas centrales de la enfermedad que, pese a los altos riesgos que supone, es prevenible y tratable.

Fuente: Maximiliano Escudero

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