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CIENCIA

22 de agosto de 2014

Medicina experimental resultó efectiva para contagiados de ébola

El médico estadounidense Kent Brantly, que se había infectado con el virus del ébola, abandonó ayer el hospital Emory de Atlanta tras recuperarse gracias a un tratamiento experimental.

El médico estadounidense Kent Brantly, que se había infectado con el virus del ébola, abandonó ayer el hospital Emory de Atlanta, en Georgia (EEUU), tras recuperarse gracias a un tratamiento experimental con el medicamento ZMapp.

"Hoy es un día milagroso. Estoy entusiasmado por estar vivo, estar bien y reunido con mi familia", dijo el propio Brantly, de 33 años, en el hospital de Atlanta tras recibir el alta médica.

Su compatriota, la enfermera Nancy Writebol, también infectada, ya fue dada de alta a comienzos de esta semana, confirmó el hospital. Poco antes, la organización Samaritan's Purse para la que ambos trabajaban en Liberia había informado que la mujer de 59 años salió del hospital el martes. Sin embargo, ella optó por no aparecer en público y pidió que la organización no diera a conocer en ese momento la noticia.

Bruce Ribner, que lidera la unidad de enfermedades infecciosas del hospital, afirmó que "aun estando tan agradecidos como lo estamos hoy, nuestro trabajo está lejos de haber acabado. Estamos pensando en todos los que aún están luchando contra esta amenaza en Africa occidental y en aquellos que los están cuidando".

Los dos estadounidenses fueron tratados con ZMapp tras ser repatriados desde Liberia hace tres semanas en un vuelo especial. Ribner apuntó que no puede precisarse aún qué papel jugó el tratamiento en la recuperación de los pacientes.

Brantly consideró que su recuperación fue una respuesta directa a sus oraciones y añadió que espera que su sufrimiento atraiga la atención sobre la situación sanitaria en el oeste de Africa.

En Liberia el Ministerio de Salud reportó ayer que dos médicos y una enfermera infectados con el virus también demostraron mejorías luego de que se les suministrara el medicamento experimental ZMapp.

El estado de la enfermera y de uno de los médicos liberianos ha mejorado considerablemente, señaló el asistente de los servicios de prevención del Ministerio de Salud Tolbert Nyenswah. El estado del segundo médico continúa siendo grave, pero también presenta mejorías, indicó.

Pese a las noticias aparentemente alentadoras, la representante especial del secretario general de la ONU para Liberia, Karin Landgren, subrayó que la epidemia pone en peligro la estabilidad de ese país africano.

"El impacto del ébola va mucho más allá de las familias y comunidades de aquellos infectados con el virus. Esta situación es una amenaza a la salud pública general, la seguridad alimentaria, la integridad física y la economía nacional", alertó.

Algunas fronteras fueron cerradas y algunas regiones fueron puestas en cuarentena para impedir una expansión del virus, lo que provocó la suspensión del comercio, alertó una ONG activa en Liberia. Eso, sumado a que muchos campesinos no pueden abandonar sus viviendas, ha llevado a que los precios de muchos alimentos básicos como el arroz registraran un aumento de hasta el 40 por ciento.

La presidenta de la OMS, Margaret Chan, señaló que el mayor problema en la lucha contra la expansión de la enfermedad es la pobreza. Según dijo a la revista New England Journal of Medicine, en Liberia, Guinea y Sierra Leona hay tan sólo un médico por cada 100.000 habitantes.

"La comunidad internacional debe pensar que aún llevará meses y respaldos masivos, coordinados y con objetivos claros", dijo Chan.

En tanto, el gabinete del gobierno sudafricano prohibió la entrada al país a viajeros que lleguen de naciones afectadas por el ébola, según la agencia de noticias sudafricana, mientras que Liberia puso en cuarentena una zona entera de Monrovia, la barriada pobre de West Point.

La decisión generó disturbios de los residentes, que anteanoche se enfrentaron a la policía que había acordonado la península donde se encuentra el asentamiento, en el que se estima viven 75.000 personas. Según se informó, la policía disparó al aire para dispersar a los ciudadanos, pero también se reportó que hubo varios heridos. "Los policías están disparando munición de guerra", afirmaron manifestantes a cronistas que cubrían los hechos.

La presidenta liberiana, Ellen Johnson Sirleaf, ordenó la cuarentena después de que 37 pacientes huyeran de un centro de aislamiento el pasado fin de semana en West Point. Además, impuso un toque de queda entre las 21 y las 6 de la mañana. En Liberia se han reportado 972 casos de ébola y 576 muertes, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"El número real es probablemente mucho más alto", alertó Landgren. Los hospitales siguen sin tener material básico para combatir la enfermedad, como cloro, guantes, equipos protectores para el personal o bolsas para los cadáveres, indicó.

"Los sistemas sanitarios de los países más afectados eran débiles antes del brote. Ahora están sobrepasados", lamentó.

El ébola es una enfermedad transmitida por un virus con una tasa de mortalidad que puede llegar al 90 por ciento y que se contagia a través de los fluidos corporales como la sangre o los vómitos. En el peor brote registrado hasta ahora, el mal ha matado en Africa Occidental a al menos 1.350 personas, según datos recabados ayer.

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