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SOCIEDAD

12 de mayo de 2014

Tecnoansiedad, tecnofatiga y tecnoadicción, las patologías de las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías permiten mejoras en la comunicación, acceso a información, desarrollo de recursos psicológicos, pero pueden sin embargo provocar adicción o agotamiento con un uso indebido.

La proliferación de las  nuevas tecnologías, que han permitido no sólo mejoras en la  comunicación y el acceso a la información sino también el  desarrollo de recursos psicológicos, pueden sin embargo provocar  adicción o agotamiento con un uso indebido, aseguran los  especialistas.

“Como parte de la revolución de las comunicaciones dada  durante la última década, los seres humanos han depositado parte de  su información en las memorias externas”, explicó a Télam la  neuróloga Marcela Cohen.

En este sentido, la especialista detalló que “un estudio  publicado en la revista Science el 14 de julio de 2011 asegura que  internet se ha convertido en la fuente primaria" de este  almacenamiento externo.
“Esta memoria `transactiva` representa la forma actual de  acopio de datos. Si bien puede verse como detrimento para el  ejercicio de la memoria, desarrolla otras áreas como la creatividad  y rápida asociación al acceder a lecturas simultáneas”, sostuvo.

Entre las “otras ventajas psicológicas”, la neuróloga  mencionó una “mayor actividad cerebral en personas mayores que  utilizan las nuevas tecnologías motivadas por mantener una  comunicación más fluida con sus hijos y nietos”.

“También la rapidez visual y motora, deducción, concentración  y atención utilizadas en los juegos son propiciadas como una forma  de gimnasia cerebral y en ocasiones estimula y promueve la  actividad grupal y acompaña las técnicas didácticas sin  sustituirlas”, detalló.

“La circulación de la información, el acceso al conocimiento,  la aceleración en las comunicaciones, la posibilidad de trabajo en  domicilio, y otras miles y miles de ventajas que ya conocemos  permitieron mejorar las condiciones de vida y el acercamiento entre  las personas”, agregó por su parte el doctor Roberto Ré.

Y continuó: “Sin embargo, si no se establece un límite en la  utilización de estos medios, pueden su uso puede adquirir formas  patológicas que se encuentran implícitos en otros síntomas por los  cuales los pacientes consultan como el agotamiento intelectual, las  alteraciones de sueño o la irritabilidad”.

“Hablamos de la existencia de trastornos cuando la  utilización de la tecnología impide el desarrollo de la vida plena,  afecta la calidad de vida y la persona se encuentra perturbada”,  describió Ré, responsable de la Red Sanar.

Por su parte, Cohen describió que en la actualidad se  identifica como “tecnoestrés” a los efectos psicológicos negativos  del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
“Actualmente, se reconocen tres variantes: tecnoansiedad, que  es una sensación no placentera de tensión y malestar por el uso de  tecnología; la tecnofatiga, que es aparición del cansancio mental e  incapacidad para estructurar y asimilar la nueva información de  internet y la tecnoadicción, que es la necesidad incontrolable de  usar la tecnología en todo momento y lugar”, detalló.

La especialista informó que “durante 2013 en Buenos Aires la  consulta por tecnoadicción aumentó entre un 30 y 45 por ciento lo  que genera una preocupación por su creciente incremento en los  últimos tres años”.

Dentro de la denominada tecnoansiedad, una de sus variantes  es la tecnofobia que es, en palabra de Ré, “el rechazo irracional a  la utilización de celulares, computadoras u otro medio tecnológico  y tiene que ver con un miedo desmesurado de no poder manejarlo, de  no comprenderlo”.

“Con esta negación el sujeto queda aislado de una red  interconectada de múltiples herramientas que pueden ser muy  útiles”, sostuvo.
Y añadió “en tanto la tecnofatiga tiene que ver con la  superación de las capacidades que tenemos todas las personas de  realizar una cantidad de funciones diarias”.

“Es posible lograr un uso saludable de las tecnologías  fijando, por ejemplo, tiempos de uso, enmarcando su utilización  dentro de contextos determinados; también estar atentos a poner un  límite si uno siente agotamiento de la concentración, cansancio,  dolores posturales o cansancio ocular”, concluyó Ré.

La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los  Trastornos Mentales (DSM-5) que elabora la Asociación de  Psiquiatría Americana (APA) -uno de los más consultados para el  diagnóstico de enfermedades mentales- incorporó el “trastorno de  uso de internet” y el “trastorno de juegos de internet” y, si bien  especifica que se requiere mayor investigación, es la primera vez  que este manual incorpora estas patologías para su análisis.

Fuente: La Capital de Rosario

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